viernes, 1 de febrero de 2008

La Traviata



Desde el primer acto, se intuye que Violetta está mal de salud; pero es en el tercero cuando el desenlace se ve inminente. El médico visita a la enamorada de Alfredo y pronostica a Annina: "La tisis no le concede más que unas pocas horas".


Mientras Violetta se encomienda a Dios previendo el inmediato final de su vida (como así será), desde la calle llega el cantar de un coro de máscaras que celebra el carnaval:


"Paso al cuadrúpedo señor de la fiesta, de flores y pámpanos su cabeza está ceñida. Paso al más dócil de todos los cornudos, que tenga el saludo de cuernos y pífanos. Parisinos, dejad paso al triunfo del Buey gordo. Ni Asia, ni Africa vieron al más hermoso, honor y orgullo de todos los mataderos. ¡Alegres máscaras, locos jóvenes, aplaudidle todos con cantos y música!"


Inmediatamente llega Alfredo y...



La forma en que Alejandro Dumas resuelve el paso de la dicha a la tragedia de Margarita Gautier y Armando Duval, en su Dama de las Camelias, está transcrito de forma fiel por Francesco María Piave en La Traviata. Una vida de bucólica felicidad en una casita en el campo, donde Violetta y Alfredo se aman apasionadamente, tiene que acabar en dolorosa muerte. Y como conductor aparece el padre de Armando/Alfredo con una historia de que su hijita querida se va a casar con "gente bien" y que el pretendiente no quiere que se le relacione con un futuro cuñado que vive con una perdida...


El padre pide un sacrificio extremo a la protagonista y ésta, sabiendo que en ello le va la vida, accede a la petición y así redimirse a sí misma de su tormentoso pasado. ¡Cuántos paralelismos con Mimí en las formas! Aunque en la Boheme no se respire este espíritu de redención de la vida pasada...



Vayamos a la cocina. Estamos en carnavales. La etimología de la palabra CARNAVAL es más que discutida. La significación más simple es la de "vale la carne" como preludio a un período de prohibición que será la Cuaresma. Se asocia también la palabra con el dios Karna, pero tambien con Baal (ofrenda de carne a Baal). En todo caso, el Carnaval es una fiesta en la que el pueblo se divierte, baila y ríe y come carne.



El solomillo Wellington podría ser un segundo plato perfecto para prepararnos para las abstinencias de Cuaresma. Necesitaríamos un solomillo de buey (o de vaca vieja en su defecto) bien limpio y cortado por sus puntas, para que quede una bonita pieza.


En una sartén con mantequilla, con el fuego más bien fuerte, lo doramos por todos los sitios pensando que por dentro debe de hacer y quedar prácticamente crudo.


Lo dejamos enfriar y en la misma sartén, aprovechando los jugos que han quedado, rehogamos unas chalotas y un poco de cebolla (todo bien picado) hasta que todo quede bien transparente. Luego añadiremos champiñones cortados en finas láminas y una copita de coñac y dejaremos que se hagan despacio hasta que el líquido haya reducido casi por completo. Entonces añadiremos un poco de crema de leche y dejaremos reducir igualmente. Finalmente se prueba de sal y pimienta.



Entonces, mientras se enfría todo, preparamos el hojaldre, estirando una lámina de masa de manera que quede muy fina y con una extensión suficiente para envolver el solomillo.


Encima de la masa estirada se pone el solomillo y encima la salsa de champiñones y o bien una fina lámina de foie o trocitos repartidos. Se cierra el "paquete" y se pincela con huevo batido. Se perfora la parte superior y se puede adornar con cordones o formas hechas con hojaldre sobrante.


Se hornea a 200º unos 10 minutos y luego se baja la temperatura a 175º y se deja POCO más para que por dentro quede poco hecho y así disfrutar más de su sabor.


Antes de cortarlo debería estar unos minutos reposando fuera del horno.





Quizás si Violetta, en vez de tanta juerga y champagne, hubiera comido algo mejor y a sus horas, sin tanto trasnoche, hubiera evitado la tuberculosis que le llevó a la tumba. Pero de una u otra forma, ya no estaría con nosotros (un día hablaremos del VEC MACROPULOS) y no hubiera merecido la consagración de su historia ni por Dumas, ni porVerdi.


Una cosa por otra.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿que se come en el Macropoulus?
no sabía yo lo del solomillo Wellington, tiene muy buena pinta a lo mejor me animo un día y lo hago pero tiene que ser para unos cuanto comensales ¡no? o se puede hacer tambien un trozo más pequeño?
Está visto que para pasar a la historia del folletín y para presumir hay que sufrir. Pilita

Anónimo dijo...

A ver si renovamos, que te vas a parecer a tu sobrino-crapula Javi. Besos Pilita

glòria dijo...

Bloc precioso y con mucho sentido del humor. ¡Pobre Camille-Marguerite-Violetta!
Seguiré con mis visitas,

z dijo...

Mis queridos amigos:
No sé qué he hecho, pero no puedo seguir haciendo entradas en este blog.
He abierto otro: http://recetasdekabanova.blogspot.com y a partir de entonces, no me deja pasar a las entrañas de éste.
Si alguien me puede ayudar...
Mi correo es: comedor@kabanova.com
Gracias

Joaquim dijo...

Lo siento amigo yo no te puedo ayudar. No conozco blogspot, soy de letras (wordpress.com).
Preguntaré, no te preocupes.