lunes, 24 de marzo de 2008

OSUD "EL DESTINO"


Quizás deba confesar, antes que nada, mi ignorancia para atreverme a decir que si Leos Janacek hubiera nacido dos siglos antes hubiera competido musicalmente con Mozart. Janacek hace un tipo de música de su tiempo, indudablemente, pero a mí me recuerda mucho a Mozart. Quiero decir que si los directores musicales, pudieran hacer con la partitura lo que hacen los directores de escena permitiéndose trasladar el tiempo y el espacio de una ópera para actualizarla, la música, la de Mozart, acabaría pareciéndose mucho a la de Janacek...
Pero lo que digo, ya lo sé, no tiene nada que ver con la ciencia musical, sólo con mi manera de sentir las cosas.
Si tuviera el dilema de tener que elegir entre Don Giovanni o Jenufa, La Flauta o Makropulos, El Rapto o Kabanova, hoy en día iría a las segundas; debo reconocer que me interesan mucho más. 
A principios del siglo XX, Janacek pierde a su hija Olga, con 21 años y se ve sumido en la amargura. También tiene problemas en su matrimonio. Acude a un balneario (el de Luhacovice) y allí conoce a Kamila Urvalkova y se enamora de ella. Kamila le había hecho llegar a su mesa tres rosas rojas y ante tal propuesta, Leos, en un estado anímico más bien bajo, encuentra una tabla a la que asirse para reflotar en esas peligrosas aguas en las que nada.
Y Janacek escribe una ópera con una trama ideada por él (incluso vivida por él), aunque con la ayuda, para el libreto, de Fedora Bartosova, que trasladó la historia al verso.
Un fracasado compositor musical, más concretamente operístico, Zivny, se enamora de Mila con la que mantiene relaciones y fruto de las cuales tienen un hijo. La madre de Mila no acepta al amante de su hija y logra separarlos, hasta que ambos se vuelven a encontrar en un balneario. Pese a la madre de Mila acaban casándose y viviendo juntos. Él (Zivny) está intentando componer una ópera sobre el destino (osud) de sus vidas cuando la madre de Mila, mentalmente trastornada, cae por un balcón o escalinata, arrastrando a su hija y muriendo ambas.
Años más tarde, siendo Zivny profesor del conservatorio de música descubre que su ópera que se va a estrenar próximamente, es autobiográfica y que la música del último acto "está en manos de Dios y allí seguirá estando!".
En uno de los pasajes del primer acto, en la escena XI, los reencontrados enamorados, piden a un camarero del hotel del balneario que les traiga el menú. Según continúa el libreto, ya no les vuelve a interesar la comida y sólo tienen hambre de amor.
¿Qué ofrecería de menú un restaurante de un elegante balneario checo a principios del siglo XX? Seguramente, una lista de platos en francés. Una crema o consomé, algo de pescado al vapor con guarnición de legumbres y quizás unas pechugas de pollo o faisán con salsa hecha con un fondo de ave y, de postre, frutas o natillas. Un menú sano, pensando que los clientes, además de tranquilidad, necesitan restablecer los excesos sus comidas habituales.
Unas supremas de faisán, o de pollo, con salsa de Oporto podrían estar hechas en aquellos tiempos untándolas con mantequilla y asándolas en el horno, fuerte y poco tiempo. Después podrían deshuesarse bien para que la presentación sea adecuada.
A parte reducir vino de Oporto y mezclarlo con un buen fondo de ave y añadir algo de mantequilla para que quede bien ligada. Saltear, también en mantequilla, unas láminas de champiñones, unos guisantes y unos espárragos verdes pequeños. 
A la hora de platear, poner los escalopes de pechugas haciendo un abanico a un lado del plato, en el resto disponer las verduras y napar todo con la salsa de Oporto.
Aprovechando el sabor de la salsa, podríamos maridarlo con una copita del mismo vino.
¡Qué aproveche!

3 comentarios:

pfp dijo...

DESTINO, muchas veces DESATINO...
�como entenderlo?
Mejor llamarle OSUD a la �pera de Janacek.
No s� en que te basas para emparejar a Janacek con MOzart, y menos los duos que has formado, por alguna raz�n especial? Yo me quedo sin duda con con Don Giovanni y la Flauta y las supremas de faisan.

javi duque dijo...

jeje, mola cómo vas pasando del relato de la ópera al de la receta, progresivamente.

esta me ha gustado, un abrazo!!

javi duque dijo...

jeje, mola cómo vas pasando del relato de la ópera al de la receta, progresivamente.

esta me ha gustado, un abrazo!!